Vanessa Vizcarra señala que la mentira denigra la política sinaloense
La candidata de la doble V a la presidencia del PAN en Sinaloa, Vanessa Sánchez Vizcarra, sostuvo que las palabras deben ser para abordar con claridad los problemas y en su real dimensión. Hablar con la verdad, dijo, es el primer paso para la solución.
Afirmó que es inconcebible el abuso de la mentira en que incurren quienes denigran la política con discursos que niegan lo que está a vista de todos, porque las palabras no desaparecen por arte de magia los problemas sociales y la crisis de seguridad que sufre la entidad.
Vanessa Vizcarra, quien busca presidir el Comité Directivo Estatal del PAN de 2024 a 2027, sostuvo que es innegable que la confianza de la ciudadanía en los Poderes del Estado se ha deteriorado ante los discursos vacíos, ajenos a la preocupante realidad.
La carismática y polémica candidata, favorita para ganar la elección interna del PAN en noviembre, condenó la táctica del silencio y la negación.
Sostuvo que es un servilismo desafortunado que raya en la maldad porque, lejos de defender los intereses del pueblo, tratan de complacer al poder con mentiras descaradas. “El pueblo no es tonto y no perdona”, aseguró.
Dirigiéndose a militantes panistas que simpatizan con su candidatura, puntualizó que urge recuperar la ética en la política y sobre todo el diálogo honesto, en lugar de posturas subjetivas y dogmáticas que solo buscan defender ambiciones personales y de grupo, y se olvidan del compromiso político que debe prevalecer en la búsqueda del bien común.
Vanessa Sánchez Vizcarra reconoció que se siente indignada por la ausencia de la política auténtica, porque Sinaloa requiere un gobierno que sea sensible y tenga un vínculo real y solidario con la vida del ciudadano de a pie.
Dijo que no hay empatía de quienes gobiernan Sinaloa con las personas que salen con zozobra a la calle a ganar el sustento para su familia, y ven con zozobra salir también a sus seres queridos cuando van a cumplir sus deberes.
La gente, dijo, anda con temor, con el deseo que nada le pase a sus seres queridos.
Concluyó que la vida en Culiacán y en Sinaloa no se va a normalizar por decreto sino cuando existan gobernantes serios y responsables y no impere el autoritarismo, la mentira y el vacío de autoridad.