México supera expectativas en la producción de granos y oleaginosas pese a desafíos climáticos
A pesar de enfrentar dos años de sequía severa y un panorama global complejo, la producción total de granos y oleaginosas en México para el año agrícola 2024 se proyecta con un crecimiento del 2% respecto a 2018. Se espera que el volumen total alcance 37.2 millones de toneladas, según anunció el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula.
Este incremento se atribuye en gran medida al favorable temporal del ciclo Primavera-Verano 2024, que se prevé impulsará la producción en un 16% comparado con el mismo periodo de 2023. En una reunión con representantes de la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (Canami), Villalobos destacó que, en el caso del maíz, el rendimiento promedio anual ha crecido un 2.5% de 2019 a 2023. La autosuficiencia en maíz blanco, que alcanzó 24.3 millones de toneladas en 2023, es un logro clave.
Aunque las lluvias escasearon en el ciclo Otoño-Invierno 2023-2024, la mejora climática en el ciclo Primavera-Verano permitirá una producción total de maíz de 27.55 millones de toneladas, similar al récord de 2023, lo que representa un incremento del 3.77% respecto al 2022.
Además del maíz, otros cultivos como el frijol, el arroz y el sorgo también muestran expectativas de crecimiento. La producción de frijol se espera cierre en 1.3 millones de toneladas, prácticamente duplicando el volumen de 2023. El arroz aumentará en 40 mil toneladas, alcanzando 290 mil toneladas, mientras que el sorgo podría llegar a 5.01 millones de toneladas.
En cuanto a la soya, se estima que la producción subirá a 350 mil toneladas, 150 mil más que el año anterior. El trigo, por su parte, finalizará en 2.7 millones de toneladas.
El secretario Villalobos atribuyó este éxito a los apoyos directos y sin corrupción a los pequeños y medianos productores, además del respaldo de instituciones clave como el INIFAP, el SNICS y el Senasica, que han contribuido al acceso de insumos de calidad y al manejo adecuado del suelo y los cultivos.
Finalmente, Villalobos afirmó que el sector agroalimentario mexicano continúa fortaleciéndose, con un campo productivo y programas que favorecen a las poblaciones más vulnerables, estableciendo así las bases para un desarrollo territorial sustentable y una mayor seguridad alimentaria.