Negligencia en caso de mono saraguato evidencia urgencia de para proteger fauna silvestre
La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM) interpuso una denuncia formal ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) por la amputación negligente de las manos de una hembra de mono saraguato, una especie en peligro de extinción. El incidente ocurrió tras un accidente con cables eléctricos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Balancán, Tabasco.
Ernesto Zazueta, presidente de AZCARM, demandó una investigación exhaustiva para determinar si el procedimiento médico realizado al primate cumplió con los protocolos veterinarios, técnicos y éticos establecidos por la ley. Asimismo, exigió la revisión de las condiciones del ejemplar y de las instalaciones donde se encuentra, señalando posibles responsabilidades de funcionarios involucrados.
“El daño sufrido por el mono saraguato no solo es una tragedia para esta especie, sino también un retroceso en los esfuerzos de conservación. Las decisiones precipitadas y arbitrarias no deben quedar impunes”, enfatizó Zazueta.
El mono saraguato, que sufrió una descarga eléctrica el 25 de noviembre al entrar en contacto con cables sin aislamiento en su hábitat natural, fue trasladado dos días después a la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) “Los Susurros” , en Palenque, Chiapas. Según AZCARM, este recinto no contaba con los recursos necesarios para atender la emergencia, lo que resultó en una amputación que pudo haber sido evitada mediante alternativas como la cirugía reconstructiva.
Zazueta también destacó la creciente amenaza que representa la infraestructura eléctrica no adaptada para la fauna silvestre, responsabilizando a la CFE de múltiples muertes de animales electrocutados cada año, especialmente en reservas naturales. “Es urgente que las autoridades exijan a la CFE medidas preventivas como el aislamiento de cables, la instalación de pasos aéreos para fauna o el soterramiento de líneas eléctricas en áreas naturales”, afirmó.
El caso refleja un problema más amplio: el impacto ecológico de la electrocución masiva de fauna, que altera ecosistemas enteros y amenaza la biodiversidad. AZCARM instala un esfuerzo conjunto entre la CFE, las autoridades ambientales y asociaciones civiles para implementar soluciones sostenibles y evitar futuras tragedias.